Tan de prisa vive el mundo y tan ocupado en darse
satisfacción y placer que se olvida de engendrar hijos para al menos, renovarse
y permanecer bien poblado. Las especies se extinguen y el hombre, de seguir el
mundo poniendo como prioridad el hedonismo y la buena vida quedará también en
peligro de extinción.
La vida es un valor y una gran alegría. Porque, la vida toma
sentido cuando engendras y te responsabiliza y darte y consagrarte a acompañar
a esa vida hasta que pueda defenderse y vivir por ella misma. La vida aporta al
mundo frescura, nuevos bríos y creatividad. Se renueva y sostiene el amor que
unos deben a otros.
El hombre es un ser
racional y necesita vivir en familia. Y la familia es la cuna de la vida donde
nace el amor y se tiene una circunstancia de relación que educa y enseña a
solidarizarse, a entregarse y a amarse los unos con los otros. Por lo tanto, la
vida y su defensa es algo vital y muy importante para las generaciones futuras.