jueves, 28 de marzo de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Si Jesús, el Hijo de Dios se ha dignado y rebajado a lavarme los pies por verdadero compromiso de amor, hasta el punto de entregar su Vida por mí, me pregunto: ¿No debo yo hacer lo mismo?

Cada día, Señor, voy descubriendo la grandeza de tu amor, pero sin entenderlo. Mi entendimiento no puede explicarse esa medida infinita de tu Amor Misericordioso, y por mucho que lo intente no cabe en mi limitada cabeza. Dame, Señor la capacidad de, al menos, responderte de la misma manera. Amén.

La gran lección que Jesús nos transmite y nos enseña. No solo de palabra sino también de vida. Se inclina, se agacha, se dobla la espalda y rebaja su condición de maestro para ser siervo y humildemente lavar tus pies, mis pies. Ese es su compromiso que ya había dejado muy claro en su primer mandato: «Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu mente, con todo tu espíritu y con todo tu ser, y al prójimo como a ti mismo»

miércoles, 27 de marzo de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Reconozco que yo también he sido en muchos momentos de mi vida un traidor con respecto a Jesús. Y lo sigo siendo en muchos momentos de mi vida cuando desoigo o trato con indiferencia al de al lado. Quizás a Jesús no le hubiese traicionado, pero, ¿y a mis hermanos?

Y hoy, Señor, seguimos vendiendo y traficando con las personas. Muchos son víctimas y pagan con sus vidas la desmedida ambición y enriquecimiento de otros. Se venden las personas sin importar los riesgos a que someten sus vidas.

El mar es testigo de ellos. Ilumínanos, Madre santísima, intercede para que el hombre se dé cuenta de sus actos.

Estoy de acuerdo con el Papa Francisco, el verdadero ayuno se esconde en el servicio al necesitado. No eres mejor porque te prives de comer o evites comer algún alimento prohibido en esto del ayuno. El cumplimiento, aunque es necesario y ayuda, no es la panacea ni la voluntad explicita de Dios. Su Voluntad es amar con misericordia y eso es harina de otro costal.

Jesús, camino de su Pasión, nos enseña con su paciencia a tener nosotros esa misma actitud ante nuestros dolores y sufrimientos. Sabemos que somos débiles y que no tenemos las fuerzas para soportarlos, pero unidos al sufrimiento y dolor del Señor en el Espíritu Santo nos será posible. Hoy el Papa nos habla de eso, de esa virtud de la paciencia que en Xto. Jesús nos interpela.

El Papa Francisco nos habla hoy de la Pasión de nuestro Señor, y resalta su paciencia en esos momentos de dolor y sufrimiento que nos interpela a configurarnos con Xto. Jesús en esos momentos de nuestra vida donde el dolor y el sufrimiento se hacen presente, sobre todo ante los defectos del prójimo .

martes, 26 de marzo de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Uno es el señalado, pero somos muchos, el primero yo, que también te hemos condenado, Señor. Y seguimos haciéndolo cada vez que faltamos a tu Voluntad. Cada vez que, encerrados en nuestros propios egoísmos nos entregamos al mundo, demonio y carne.

Tú, Señor, sabes todo de mí, hasta lo más profundo que se esconde en mi corazón. Conoces toda mi pobreza, mis defectos, mis fracasos, mis pecados y así, tal como soy, me quieres con un Amor Infinito y Misericordioso. Cambia, Señor, mi corazón para que sea como el tuyo, capaz de amar hasta el extremo como Tú haces conmigo. Amén.

Cuando me planteo mi fe pienso que no es tan profunda y comprometida como me gustaría. Creo en Ti, Señor, pero, igual que los apóstoles, ante de experimentar tu Resurrección, mi fe es de palabra, quizás no de corazón. Eso te pido, Señor, aumenta mi fe en lo más profundo de mi corazón. Amén.

Nos levantamos, Señor, porque confiamos en tu Infinita Misericordia, y por tu Infinito Amor demostrado en el abrazo a esa Cruz que nos salva. Eso nos da fuerzas, confianza y voluntad para levantarnos y seguir el camino. Gracias, Señor, por tu misericordiosa y paciente espera.

lunes, 25 de marzo de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Estoy yo también en esa actitud. Porque, mi vida y mi salvación me han sido regaladas por mi Padre Dios, y Jesús, el Hijo ha venido para, dando su Vida, ganar la nuestra para la eternidad en la Gloria del Padre.

Aumenta mi fe, Señor, para que cada día pueda ungir tus pies con el perfume de mis obras, de mis oraciones, de mi intimidad contigo y, sobre todo, de amar misericordiosamente como Tú. Amén.

Entramos en la semana de Pasión del Señor. Una semana que distinguimos y llamamos Semana Santa porque en ella, el Señor, acepta dar su Vida de forma libre y voluntaria para rescatar la nuestra de la esclavitud del pecado. Son momentos de gloria y salvación.

Es momento, Señor, de pedirte el don de la fe para que seamos capaces de discernir quién realmente eres Tú. Y para experimentar que, por tu Amor Misericordioso, hasta el extremo de entregar libre y voluntariamente tu Vida, ganas la salvación eterna para todos nosotros junto al Padre.

Observemos una cosa. Mejor, experimentémosla: Nos cuesta crucificarnos en nuestros propios egoísmos. en aras de la verdad. Trata de experimentarlo en ti mismo y, quizás, comprenderás que ese es el punto que te impide avanzar en conversión.

En otras palabras: Olvidarte de ti significa despojarte de tus egoísmos tanto materiales como espirituales. Entonces serás libre para amar. Eso, la Verdad te hace libre.

domingo, 24 de marzo de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Es el camino. Un camino que termina en la Cruz. Cruz de liberación y salvación, aceptada libre y voluntariamente por amor. Así, también nosotros debemos aceptar la cruz de nuestra vida y confiando en el Señor aceptarla libre y voluntariamente.

Era necesario morir para resucitar. Es la prueba y fundamento de nuestra fe. Jesús, el Señor, crucificado y muerto en la cruz, ha vencido a la muerte. Y eso significa que nuestra vida y paso por este mundo es simplemente un camino de cruz que acaba en Resurrección.

Sin cruz no hay salvación. Solo la fe en la Cruz nos salva. Y nos salva en la medida que nosotros aceptamos también nuestras cruces desde nuestra mirada y nuestra fe en Xto. Jesús. De la misma forma que Él acepta, para darnos la libertad de la esclavitud del pecado, su Pasión y muerte, también nosotros debemos aceptar nuestra pasión y dolor para, uniéndonos a la de Él, resucitar también en y por Él. Amén.

sábado, 23 de marzo de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Es cierto que cuando no queremos ver la verdad espontáneamente distorsionamos la realidad y nos autoengañamos. En otras palabras, nos mentimos a nosotros mismos. Eso sucedió, sucede y continúa en la actualidad sucediendo.

Madre, que permaneces de pie junto a la cruz, que no te derrumbas, que crees en la Palabra de tu Hijo y que, a pesar del dolor, esperas confiada en la Resurrección. Madre, danos esa fortaleza de fe y esperanza para también nosotros permanecer de pie hasta nuestro último momento. Amén.

Ni que decir tiene que la vida diaria nos revela esa realidad de vestir la verdad de mentira. Sobre todo en un mundo donde las relaciones de todo tipo son relaciones apoyadas y buscadas desde los intereses egoístas, de poder y de ideologías. Jesús fue condenado por aquellos que creer en Él les despojaba de todo poder, riqueza y de su pensamiento ideológico. Prefirieron matarlo ante que doblegar su soberbia. 

viernes, 22 de marzo de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Dios, tu Padre, no quiere amores a la fuerza. Quiere que te des cuenta de que amarle es la mejor opción. Porque, en su amor está tu felicidad eterna. Esa felicidad que buscas en un mundo donde no se encuentra. Por eso, envía a su Hijo, para anunciártelo.

También Tú, Señor, has querido pasar por la muerte. Y no una muerte natural sino de condena y de cruz. Una muerte querida por todos aquellos que te rechazan y niegan tu divinidad de hijo de Dios. Perdona, Señor, nuestra osadía y pecados.

Para eso te ha creado libre. Libre de escoger el camino del bien o del mal. Dependerá de ti abrir tu corazón al Espíritu Santo y permitirle que llene tu corazón de la Gracia de la Fe, y puedas creer en Jesús, el Hijo de Dios, que ha venido a este mundo para revelarte y anunciarte el Amor Misericordioso del Padre, que te ama y quiere que seas feliz eternamente.