miércoles, 6 de diciembre de 2017

En algunos ocasiones, parados en un momento del recorrido de nuestra vida, reflexionamos y descubrimos que hemos llegado hasta aquí gracias a muchas dificultades que, en su día fueron obstáculos, pero que contribuyeron a darnos fuerzas e impulsos para luchar y seguir adelante. Experimentamos que gracias a ellas hemos crecido y madurado.

Pero, sucede que hay situaciones irreversibles a las que no les vemos salidas y nos acordamos de Dios. Tanto en el terreno de la enfermedad como en el de nuestras relaciones con los demás, en incluso con nuestros hábitos y dependencias a las que hemos sido sometido. Creamos o no, pensamos que sólo Él puede sacarnos de ese problema.

Tras la experiencia con Jesús, experimentamos como una bendición esa enfermedad, adicción o problema, porque, por ella, hemos encontrado al salvador de la vida. Ese salvador que mora dentro de nosotros y nuestras enfermedades y problemas nos lo tenían cegado. Por eso, experimentar nuestra pobreza nos pone en camino directo con el Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.