Nuestra forma de actuar
esconde nuestra fe. Tratamos de disimular y de que no nos vean. Nuestros actos
no manifiesta nuestra fe, así que no transparentamos lo que creemos. De esta
manera, en una sociedad mayoritaria se aprueban leyes que van contra el derecho
a la vida y los derechos humanos.
No se nota para nada nuestro
cristianismo, y menos la consecuencia y resultado de nuestra fe. Utilizamos la
noche para ocultarnos o pasar desapercibido. La noche puede ser el anonimato,
el quedarnos desdibujado y disperso entre la multitud y el permanecer en
silencio ante los signos anticristianos.
No se experimenta el voto católico, y se aprueban
leyes que atenta contra la Voluntad de Dios. ¿Dónde se esconde los cristianos?
En una sociedad eminentemente católica no se percibe esa catolicidad. Luego,
una de dos, o hemos dejado de serlo, o presentamos dos caras, una religiosa
concretada en actos litúrgicos, y otra práctica,
diferente y aplicada a la sociedad en la que vivimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.