lunes, 20 de marzo de 2017

La vida nos exige tomar decisiones, y de tomarlas bien o mal dependerá que se elija el buen camino o el mal camino. Todo consistirá en buscar la verdad, porque quien busca, encuentra y quien pide, recibe. Y al que llama se le abre. Ahora, la cuestión está a quién y cómo hay que pedir.
                       
En eso consiste la diferencia. Todo dependerá a quién se elige y en quién se deposita la fe y la confianza. Tenemos el ejemplo y testimonio de José. Tuvo fe en Dios y, recibido su mensaje, hizo lo que el ángel le había dicho de parte de Dios. Su vida fue un empeño en hacer su Voluntad.

Igual nos ocurre a nosotros. ¿Qué voluntad hacemos? ¿La nuestra o la de Dios? De la misma manera que a José, Dios también nos habla a nosotros. La diferencia consiste en que hay que estar atentos, abiertos a la escucha y dispuestos a obedecerle. En eso consiste el discernimiento de nuestro camino: “Escuchar, abrirse a esa escucha y ponerla en práctica”.

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