A la hora de buscar un guia buscas a alguien que conozca
bien el terreno donde quiere que te guie o aconseje. Lo contrario sería un
disparate. Por lo tanto, si quieres seguir a Jesús de Nazaret tendrás que
escuchar su Palabra y, conociéndola, experimentar lo que dice.
Y nunca pierdas de vista que el discípulo nunca será más que
su maestro. Por lo tanto, seguir a Jesús comporta estar en íntimo contacto con
Él, la oración, y escuchar a diario su Palabra. No para aprenderla, sino para,
conociéndola, vivirla aplicándola a nuestra vida.
Porque no se trata de
conocerle y admirarle, sino de imitarle. Porque cuando te esfuerzas en imitarle
estás descubriendo que le admiras y le conoces. Pues, Jesús es el Camino, la
Verdad y la Vida, y no se puede encontrar ese Camino sin contar con Él.
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