domingo, 6 de diciembre de 2015




La vida es un camino de preparación, porque su inicio no tendrá fin. Este tiempo que vivimos en el mundo tiene su continuidad en el otro, el prometido por Jesús. Pero el ganárnoslo exige un esfuerzo y una preparación.

Adviento viene de la palabra latina adventus, y significa venida, llegada. Esperamos al Mesías y lo esperamos, no con los brazos cruzados, sino preparándonos para su venida. En ello nos ayuda, nos motiva y nos señala el camino el precursor Juan el Bautista.

Necesitamos allanar, rellenar, igualar nuestros corazones, y revestirlos de dulzura frente al odio; de bondad frente a la venganza y envidias, y de misericordia frente al orgullo y la soberbia. Y eso lo haremos en la medida que caminamos humildemente hacia el portal de Belén.

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