viernes, 20 de noviembre de 2015



Una cosa es predicar y no demostrar nada, y otra es predicar con el ejemplo. Eso es lo que ha hecho Jesús, el Hijo de Dios, proclamar la Palabra de Dios y dar ejemplo con su Vida, hasta Morir y Resucitar.

Por eso, su Palabra suena fuerte y huele a verdad. Porque todo lo que dice se cumple. Curó a enfermos de lepra, dio la vista a ciegos, hizo andar a cojos, expulsó a demonios y resucitó a muertos. Y al final el Padre lo Resucito de una muerte de Cruz.

Hay razones, pruebas y testimonios de que lo que dice, lo hace. Y a nosotros nos ha prometido la Resurrección y la Vida Eterna. Desaprovecharla es el gran disparate de nuestra vida. Quizás debemos pensarlo serenamente y mejor.

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