No puedo comprender como permanecemos resignados ante la
muerte física y sin preguntarnos qué va a pasar al instante siguiente. Estamos
ciegos y entregados a la oferta del demonio. Una oferta caduca y falsa que
esconde vacío y perdición.
Nos dejamos convencer porque nuestra naturaleza, tocada por
el pecado, está más inclinada a las cosas de este mundo. Pero experimentamos
que al final las cosas no son como esperamos.
Y sentimos y queremos reaccionar. Nos decimos: Tengo que
cambiar porque esto no me lleva a ningún sitio. Pero, entonces, experimentamos
que no es fácil. Nos cuesta y necesitamos al Señor. No pierdas más tiempo y
empieza a caminar hacia Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.