Todo en la vida se concreta en responder, responder a nuestro compromiso
de buen hijo, de buen alumno, de buen hermano, de buen compañero,
amigo, profesional, esposo, padre, abuelo... de Bautismo.
Y eso aderezado y bañado de amor, de un amor gratuito y sin condiciones es lo que Jesús nos ha venido a decir de parte de su Padre. Dios quiere que seamos sus buenos hijos, y que nuestro amor se concrete en esa actitud de vida. San José es modelo de buen hombre, creyente y fiel a su compromiso de hijo, de profesional, de esposo, padre y de obediencia a la Voluntad de Dios.
Y eso aderezado y bañado de amor, de un amor gratuito y sin condiciones es lo que Jesús nos ha venido a decir de parte de su Padre. Dios quiere que seamos sus buenos hijos, y que nuestro amor se concrete en esa actitud de vida. San José es modelo de buen hombre, creyente y fiel a su compromiso de hijo, de profesional, de esposo, padre y de obediencia a la Voluntad de Dios.
La Cuaresma es una buena ocasión para descubrir qué espera Dios de
nosotros, y reforzar nuestro deseo de llevarlo a la práctica. Pidamos al
buen Dios «por intercesión del Esposo de María», como diremos en la
colecta de la misa, que avancemos en nuestro camino de conversión
imitando a San José en la aceptación de la voluntad de Dios y en el
ejercicio de la caridad con el prójimo.
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