domingo, 15 de abril de 2018

Resultado de imagen de Lc 24,35-48
Los apóstoles necesitan algo más que la aparición del Señor. Quieren salir de dudas y comprobar que no es un fantasma. Jesús, sabedor de esas dudas les muestra sus Manos y Pies, y les invita a creer. Es el mismo que ha estado con ellos unos tres años. Y les pide algo de comer para que salgan de dudas, Los fantasmas no comen.

Pero, ¿no nos ocurre a nosotros lo mismo? ¿No hemos recibido pruebas y testigos de sus apariciones? ¿En la comunidad no nos hablan otros de sus experiencias de Cristo Resucitado? ¿Y la madre Iglesia no nos aporta conocimiento, testimonios de todos los que han alcanzado la santidad? ¿Por qué somos tan obstinados?

Tendremos que ser más dóciles a nuestra madre la Iglesia que nos presenta y nos da testimonio de la Palabra de Dios. Tendremos que confiar más en el testimonio de nuestros hermanos en la fe y también estar más sensibles y atentos a todo lo que nos suscita el Espíritu Santo. Porque, una cosa es realmente cierta, el Señor está Vivo y entre nosotros.

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