Los judíos entienden bien lo que dice Jesús, pero, muchos no están de acuerdo con esa revelación. Los pobres y humildes están de acuerdo. Ellos esperan un Mesías que les dé esperanzas y la promesa de la salvación. Pero, a otros, a los que obstentan el poder, no les cae bien.

Se sienten amenazados y no están de acuerdo con lo que Jesús, el Mesías enviado, les anuncia. Ni siquiera sus obras les mueven y les convencen. Entienden lo que dice, pero no lo aceptan. Le rechazan. Por lo que deducimos que Jesús cumplió bien su misión, la de anunciar el Reino de Dios.

Sin embargo, no se quedan ahí, sino viendo que lo que hace Jesús mueve al pueblo a seguirle y les amenaza con perder su poder, maquinan un plan para matarlo. Y así consiguen que Jesús sea condenado a morir en la Cruz. Una Cruz que se convertirá en el signo de salvación para todos los cristianos.