lunes, 15 de enero de 2018

Hay momentos para ayunar, y otros que procede celebrarlo y disfrutar. El ayuno no puede sustituir a la alegría y a los momentos de fiesta. Está Jesús con nosotros y eso nos invita al gozo, la fiesta y la alegría. Celebramos la resurrección y no la muerte, y no es momento de dolor ni de tristeza.

Ahora es tiempo de fiesta, porque nos sabemos perdonados por la Misericordia del Señor. Han llegado tiempos nuevos y lo viejo hay que dejarlo y desecharlo. No podemos remediar  lo viejo con lo nuevo, porque lo uno puede dejar sin alegría a lo otro. Hay que beber en vino nuevo y también conservarlo en odres nuevos.

Llegarán momentos de oscuridad y de tinieblas y habrá que buscar la luz. Serán tiempos de ayunos y sacrificios porque el Novio se haya ausentado. Será tiempo de búsqueda, de oración y de perseverancia. Tiempos de exigencias y de conversión. Ven Señor Jesús y permanece entre nosotros.

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