miércoles, 20 de diciembre de 2017

Responder a la llamada del Señor nos va a exigir renunciar a nuestros proyectos y planes. Y eso, además de costarnos, no lo entendemos. Los caminos del Señor son diferentes a los nuestros. Tanto María como José no entendían esas exigencias del Señor, pero se doblegaron a su Voluntad. Esa obediencia descubre una gran confianza.

Por eso, preparar la Navidad no es otra cosa que la de abrir nuestro corazón a esa obediencia y fidelidad a la Palabra del Señor. ¿Qué quiere el Señor de nosotros en este nuevo día? ¿Y estamos nosotros dispuestos a obedecerle y ponernos en sus Manos? ¿Tratamos de discernir y morir a nuestros planes y proyectos según la Voluntad del Señor?

Seguro que nos resultará difícil. No porque no tratemos de esforzarnos en ello, sino porque no sabremos con exactitud qué camino tomar. Necesitamos tiempo, serenidad y, sobre todo, fe y confianza. El Señor nos irá modelando e indicándonos el camino. No desesperemos. Para Él una vida es un instante, y un instante todo un camino. Tengamos paciencia porque Él no nos abandona.

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