Saber no es sinónimo de entender y aplicar, pues hay quienes
saben, pero no entienden como aplicar esa sabiduría. Incluso, no son capaces de
discernir el bien del mal. Su sabiduría mundana está sometida al egoísmo y la
pasión, y pierden el sentido de la verdad y la justicia.
Tampoco entiende de amor y misericordia. Para el sabio de
este mundo la ley es lo importante, y quien no la cumple queda marginado y
excluido. Sin embargo, no ocurre así cuando son ellos los incumplidores. Buscan
excusa que les justifiquen. Viven, más que en la verdad en la hipocresía.
El verdadero sabio es
aquel que, humillándose, sabe que no sabe y que cada día busca en el acontecer
de su propia vida y en relación con los demás el bien y la verdad. Sabiendo
siempre que la única Verdad le viene de arriba, pues todo lo creado le
pertenece. Ponerse en sus Manos es la máxima sabiduría a la que puede aspirar
el ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.