sábado, 14 de octubre de 2017

El amor es el móvil que nos empuja a respetarnos, a tratarnos con respecto, a ponernos en un mismo plano de igualdad y a ser verdaderos y justo y crear espacios de paz y convivencia fraterna. Sería absurdo pensar un mundo sin amor. Pero, para que el amor sea el centro y rey de nuestra vida tendremos que clarificar bien qué es.

Porque, amar no son sentimientos, ni afectos, ni caricias, ni intereses, ni beneficios, ni gustos, ni nada que me haga la vida más bonita, porque el amor, ya de por sí, da sentido a la vida y la hace bella. Amar no son pasiones ni satisfacciones, porque amar no es egoísmo. El amor es un compromiso por el que yo me comprometo contigo y con otros a hacer un mundo mejor, de justicia, de verdad y de paz.

Amar es descubrir que Dios me quiere con un amor total y comprometido. No me quiere por mis actos, ni por ningún interés, pues nada le puedo dar. Todo le pertenece. No me quiere porque me porte bien ni porque hago su Voluntad. Me quiere por amor y por eso está comprometido. Me quiere sin condiciones y me anima a que yo quiera también de esa manera. Tal y como Él me quiere.

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