jueves, 21 de septiembre de 2017

No cabe duda que nos sentimos atraídos por aquello que nos llega al corazón. Nada que no entre en nuestros sentimientos y los abra nos podrá interesar. Sentimos interés y atención a todo aquello que responde a nuestras expectativas de felicidad, pero solemos equivocarnos con mucha facilidad.

Porque las cosas que son de este mundo nos presentan una felicidad efímera y caduca. Son espejismos que nos asombran, pero de la misma forma sorprendente desaparecen. Posiblemente nos haya ocurrido eso muchas veces en nuestras vidas, y, creyendo que habíamos encontrado la felicidad, nos hemos desengañados con frecuencia.

Quizás vayamos algo despistados por la vida y entretenidos en las cosas que ésta nos presenta. Quizás necesitamos tener un poco más de serenidad y espacios de reflexión. Porque, como a Mateo, Jesús también nos llama a cada uno de nosotros. Y, quizás, absorbidos por las luces de este mundo, no le respondemos ni le seguimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.