Vivir sin esperanza es desesperante. Y cuando la vida te
desespera te vienes abajo y caes en depresión, mediocridad o en una vida pasota
que busca placer para olvidarte que vives. La vida necesita tener esperanza.
Esperanza de un mundo mejor y un mundo pleno de felicidad y eternidad. No nos
vale otra cosa.
Y cuando descubres que eso está al alcance de tu mano,
perderlo no es de inteligente ni de buen gusto. La gran esperanza es alcanzar
la Vida Eterna, porque ella nos es prometida. Lo dice Jesús: Eso es,
pues, lo verdaderamente importante, y todo lo demás que el mundo nos ofrece es
caduco y de poco valor.
Por lo tanto, si quieres
vivir plenamente feliz y eternamente haz lo que dice Jesús. Dejarlo todo por
Él. Eso sólo quiere decir que Él sea lo primero en tu vida y que todo en tu
camino sea supeditado a su Voluntad. No es fácil, pero es posible si estás y
cuentas con Él.
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