lunes, 21 de agosto de 2017

La religión no se concreta en prácticas ni tampoco en cumplimientos. La fe es un camino y proceso donde la vida va adquiriendo un compromiso de amor que le lleva a darse y entregarse a los demás. Un compromiso de amor que se refleja en el estilo de vida de Jesús. Y que necesita de Él para poder llevarse con todas sus consecuencia a la vida.

Un compromiso que no tiene unas reglas ni límite. Un compromiso que va estirándose cada día más y adquiriendo más responsabilidades en la entrega y el servicio. El amor no tiene límites y siempre está dispuesto a darse y entregarse. Nunca termina, sino que siempre está dispuesto a crecer y caminar.

Siempre podemos ser mejores, y en ese esfuerzo podemos crecer con la Gracia de Dios. Dejar todo es la opción de poner a Dios en el primer lugar de nuestra vida y entregarle todo nuestro ser con todo lo que tenemos, bienes materiales y espirituales, poniéndolos al servicio del bien común.

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