lunes, 28 de agosto de 2017

La hipocresía tiene su fundamento en la mentira. Si tus palabras no van acorde con tus acciones, el resultado se transmite en mentira. Luego, tus hijos que ven eso quedan confundidos y desorientados. No entienden que sus padres digan blanco y pinten negro.

Ese testimonio les desconcierta y les deja confuso y perdidos. Les llena de dudas y les será difícil discernir. Se pierden entre lo bueno y lo malo, porque ven que sus padres, sus referentes más inmediatos y en los que creen ciegamente, hacen esto y viven lo otro.

Tenemos gran responsabilidad en adecuar nuestras palabras con nuestros actos. Somos responsables de lo que transmite nuestra vida, sobre todo a nuestros hijos. Y la sociedad será parte de lo que nosotros transmitamos a nuestros hijos, porque ellos son el futuro de las próximas generaciones que la formen.

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