Tu vida puede cambiar cuando observas que lo que haces no
sirve para mucho. Sí, es posible que sirva para hacerte feliz a ti y a los
tuyos. Es posible que te genere frutos temporales que te llenen y te
satisfagan, pero experimentarás que al final todo te cansa y te fatiga y que el
camino y tu meta no tiene sentido, porque descubres que en el horizonte se
dibuja un precipicio.
Es en ese momento cuando empiezas a sensibilizarte y a
descubrir la dureza de tu propia tierra. Quizás tu corazón está lleno de
piedras que impiden que tus raíces profundicen. O, quizás, sean espinos y
zarzas que ahogan tus aspiraciones eternas. Tu corazón queda desconcertado y tu
verdadero tesoro perdido. No adviertes donde está tu perla fina y única.
Entonces, adviertes
que necesitas una limpieza. Necesitas allanar el terreno, y limpiarlo de
piedras, espinos y zarzas. Necesitas ordenar tu vida y quitar todo aquello que
te confunde, te somete, te envicia, te distrae y te aleja del único y verdadero
camino. Camino por donde puedes encontrar ese verdadero Tesoro que te conduce
al Reino de Dios, y donde te espera el gozo y la Vida Eterna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.