Hay un camino de
resurrección. Ese mismo camino que siguió Jesús de Nazaret, y que fue, para
Gloria de Dios, resucitado por el Padre. Jesús, el Hijo, es ese Camino. Es
también la Verdad y la verdadera Vida. Nadie llega al Padre sino por Él. Y en
Él resucitaremos el último día.
La Pascua es un tiempo de
Resurrección. Y lo es porque durante ese tiempo vivimos la esperanza de la
Resurrección de forma especial y continuada. No significa eso que durante el
resto del año nos olvidemos, pues la Resurrección es el fundamento del
cristiano, sino que la Pascua es un tiempo especial.
Podemos decir que la Pascua es tiempo de Resurrección.
Porque todas nuestras esperanzas, muertas con la Muerte, valga la redundancia,
de Jesús en la Cruz, nos ha abatido y desesperanzado hasta el punto de regresar
a Emaús. Quizás en muchos momentos del año pasemos por eso. Por eso, ahora, lo
revivimos y lo celebramos de forma especial. ¡Cristo Vive!
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