Sólo con una experiencia vital y profunda de Jesús, todo
vuelve a renacer. La vida se ilumina cuando el Señor está entre nosotros. Y
Jesús, sabedor de esto, se aparece a los suyos para animarlos y fortalecerlos.
Así, aparecido en el cenáculo, ellos recobran la alegría y la fuerza, y son
enviados a evangelizar el mundo.
Por eso, la comunidad es vital e importante. Se necesita
estar unidos, apoyados, fortalecidos y reunidos con y en el Señor. Porque, allí
está el Señor en medio de nosotros – Mt 18, 20 -. Es la experiencia de Tomás,
que apartándose estuvo perdido, y de regreso a la comunidad se topó con la
experiencia con el Señor.
No perdamos de vista
la comunidad, porque todos juntos somos más fuertes y estaremos también más
fortalecidos. La fe compartida se fortalece y nos hace más solidarios, más
generosos y misericordiosos y sostenernos los unos en los otros.
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