sábado, 22 de abril de 2017

Los apóstoles habían convivido con Jesús tres años, y le habían oído muchas veces. Incluso muchas cosas que no se ha escrito en el Evangelio. Y le habían visto hacer milagros y muchas curaciones, y hasta resucitar a muertos. Sin embargo, Jesús tiene que mostrarles sus heridas para que crean.

Reciben incluso el testimonio de las mujeres y de los de Emaús, y siguen cerrados y endurecidos. No creen. No es extraño tampoco que a nosotros nos ocurra lo mismo. Tenemos sus testimonios y el de la Iglesia, y no les hacemos caso. Nuestros corazones están viciados y sometidos a los encantos y criterios de este mundo.

Necesitamos una experiencia profunda con y en el Señor. Ellos la tuvieron y respondieron. Y, gracias a esa respuesta, nosotros ahora le conocemos y la Iglesia sigue su camino. Necesitamos pedir esa Gracia y también buscarla. ¡Señor, aumentanos la fe!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.