sábado, 1 de abril de 2017

La primera aparición de Jesús como el enviado es en el río Jordán, y lo avala su Padre, -Mt 3, 17-. Más tarde, en el Tabor, Jesús confirma sus orígenes y su envío, al transfigurarse y aparecer con Moisés y Elías, -Mt 17, 1-9-, y luego lo testimonian las Escrituras.

Sin embargo, nuestra soberbia es tan poderosa que nos oculta la verdad y distorsiona la realidad. No le vemos, teniéndole presente ante nuestros ojos. Buscamos justificarnos y, sin conocerle, nos auto engañamos para rechazarle. No nos fiamos de su Palabra y de sus Obras.

Pero, lo peor no es eso, sino que no le escuchamos ni tampoco nos acercamos a conocerle y a ver que nos dice y nos propone. Necesitamos tiempo para reflexionar y escuchar antes de decidir, Porque, Jesús, lo que nos propone es la felicidad eterna. Precisamente lo que busca el hombre. ¿No te interesa?

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