martes, 18 de abril de 2017

Cuando el testimonio de lo que nos gustaría creer existe, todo es fácil y nuestra fe brota enseguida y hasta se expresa, se nota y se vive. Pero, cuando la fe nos exige renuncia, sacrificio y buscar la justicia y la verdad, todo se ve de otra manera, y hasta se trata de falsear.

Se nos hace difícil creer que Jesús ha Resucitado. Incluso, para aquella mujer que le seguía fielmente. Busca un cadáver, porque no entra en su cabeza la Resurrección. Y su alegría se desborda y corre a anunciarlo a los discípulos. El Señor vive y me ha dicho: ‘Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios’».

No declara y revela que también nosotros somos hijos de su Padre e hijos de su Dios. Nos hace, por sus méritos para Gloria de su Padre, hijos y herederos. ¿Cómo no nos va a resucitar el Padre también a nosotros siendo sus hijos? Con la Resurrección del Señor también nosotros, si creemos en Él, resucitaremos.

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