Seguir a Jesús es ir contra corriente. Nunca se nos ha
ocultado. El mismo Jesús nos lo dice y habla de que seguirle es entrar por el
camino estrecho, donde se hace difícil avanzar y las dificultades aumentan. Ir
contra la mentira y las injusticias causan graves problemas y hasta el extremo
de causar la muerte.
Vemos que los que han seguido a Jesús han sufrido y han
pagado con su vida. En estos mismos momentos hay muchos que están dando su vida
por ser fiel a Jesús. Poco descanso vamos a tener, porque nuestra actitud
misericordiosa nos va exigir estar al pie del cañón.
Pero, Jesús, el
Señor, se ofrece a ser nuestro descanso y a reponernos nuestras fuerzas para
seguir hacia delante. Él es la roca donde tenemos que apoyarnos para superar
todos esos momentos de tedio, de tristeza, de angustia y agobios. E incluso de
desesperanza. En él encontraremos siempre la esperanza de alcanzar la verdadera
felicidad para siempre.
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