lunes, 6 de febrero de 2017

Hay contradicciones como la de aquellos que buscando la fama, luego se ven asaltado y molestados por la multitud que los aclama y buscan alocados por su admiración y estar a su lado. La fama, tan buscada, no parece luego la panacea del gozo y la alegría. Muchos se desengañan cuando la alcanzan.

Jesús es asediado por todos aquellos que han oído lo que hace. Le buscan para tocar su manto y quedar curados. Creen en eso y no reparan en esfuerzos para conseguirlo. Jesús accede por amor. No busca nada ni quiere fama. Incluso les dice que no digan nada.

Su última Voluntad es hacer el mandato del Padre: Salvar al hombre y mostrarle el amor de Dios. Por eso se presenta entre los hombres y accede a curarles. Sólo busca que el hombre despierte y se encuentre con Él. Es el Mesías, el enviado, el amado y predilecto. Al que el Padre nos pide que le escuchemos.

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