miércoles, 8 de febrero de 2017

En la mayoría de los casos apreciamos más lo de afuera que lo de dentro. Es, también, más fácil ver lo externo que lo interno. Y más rápido lo primero que lo segundo. Sin embargo, lo de dentro es lo más importante, lo más difícil de ver y lo que más tarda. Pero, por eso, es lo mejor y lo que más vale. Por eso cuesta.

Seguramente, todos caemos en el error de valorar lo exterior, lo que se ve. El refrán nos avisa: “las apariencias engañan”, pero así todo, conociéndolo, no hacemos mucho caso. Nos dejamos llevar por las apariencias y luego vienen los disgustos y las sorpresas. Nos cuesta aprender.

Debemos saber que todo lo que sucede y pasa en una persona está relacionado con su propio interior. En su corazón tienen encuentro todas sus experiencias y decisiones. Allí se cuece el bacalao y lo que cada persona es se va fraguando en su corazón. Es más, cada cual dará, tarde o temprano, lo que lleva en su corazón.

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