El hombre piensa, hace nuevas
leyes, pero cambia muy poco. Sus sentimientos de odio, venganza, envidia y
otros siguen dominándole sin ser controlados. Así, cuando es violentado,
insultado u ofendido, responde de forma agresiva con la misma moneda. Y eso,
sabemos, que no soluciona el problema, sino que engendra más violencia.
Ha crecido en avances
tecnológicos y científicos, pero se ha estancado y, si no retrasado, en
crecimiento espiritual. No por tener más y vivir más cómodo, el hombre es
mejor. Hoy, contradictoriamente, el hombre se mata a sí mismo y enciende muchos
más enfrentamientos y guerras.
La ley del talión sigue vigente aunque esté fuera del
código jurídico. El hombre sigue siendo esclavo de sus propios impulsos y
sentimientos. No percibe que su voluntad y libertad son para someter esos
sentimientos al bien y establecer la paz. Se trata de devolver bien por mal y
dar lugar al nacimiento de la paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.