De la misma forma, cuando descubre la presencia de Cristo en
tu vida y tienes un encuentro personal con Él, tu vida se da vuelta y cambia de
dirección. Porque conocer a Jesús y descubrirlo experimentalmente no puede
dejarte indiferente. Pues, Jesús es el norte de todo hombre y mujer. Él es el
Camino, la Verdad y la Vida.
Desde entonces no te puedes callar. La Gracia recibida por
el Espíritu Santo en tu Bautismo te capacita e impulsa a proclamar esa
maravilla de vivir y permanecer en el Señor. Él es todo y sólo Él basta. Nada
ocurre sin Él y en Él todo es Vida, y Vida en abundancia.
Así irás
experimentado lo que Él te dice hoy en el Evangelio: “Ser sal y luz” para
alumbrar todos los caminos por donde tu vida transite y se cruce con otros.
Salar con tu propia sal recibida en tu Bautismo por la Gracia del Espíritu
Santo. Y alumbrar con el testimonio de tu vida y de tu amor guiado por la
sabiduría y la fuerza del Espíritu de Dios.
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