miércoles, 18 de enero de 2017

No es bueno que las leyes se hagan al margen de los derechos del hombre. El hombre está por encima de toda la ley. Y la ley debe estar en función y servicio del hombre. Porque una ley que no sea para beneficiar al hombre es una ley equivocada, injusta y mal elaborada. Una ley injusta deja de ser ley.

La injusticia oprime y esclaviza los derechos y dignidad del hombre. Así, la ley judía del sábado era una ley esclavizante y despojaba al hombre de su libertad y le sometía al sufrimiento y a la injusticia. Pues, prohibir curar no es justo ni bueno, y una ley que permita eso deja de ser ley.

Por tanto, tiene sentido que Jesús tuviera una mirada de ira y de enfado ante la tozudez de aquellos hombres, que viendo al hombre enfermo no sentían compasión. Encerrados en su propio embudo no veían nada más que su verdad obcecados en cumplirla por encima del beneficio del hombre.

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