El Evangelio de hoy, Mc 1, 21-28, nos habla del encuentro de
Jesús con un espíritu inmundo: Había precisamente en su sinagoga un
hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: « ¿Qué tenemos
nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres
tú: el Santo de Dios». Jesús,
entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole
violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.
Nosotros seremos también tentados y atacados por el Maligno.
Sobre todo si nos alejamos del Señor y nos quedamos a merced del diablo. Por el
Bautismos estamos protegidos y guardados, por el Espíritu Santo, de la
influencia del demonio, pero podemos, por nuestra debilidad, caer en sus
garras.
Por eso, necesitamos la
oración y el estar atento y revestido de la Gracia de Dios. Para ello, tenemos
los sacramentos que recibimos en la santa Madre Iglesia. Y también la
comunidad, donde compartimos nuestra fe y nos fortalecemos. Por eso es bueno
estar unidos y compartir, aunque sea por este medio virtual, en contraposición
a las dificultades que el mundo nos presenta.
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