Dentro del corazón
del hombre hay un mensaje escrito a prueba de fuego. Es como una huella que le
identifica y le impulsa a buscar la felicidad siempre en el amor. Porque la
experimenta cuando ama, y también cuando se siente amado. Se goza en él
sintiéndose plenamente colmado y feliz.
El hombre experimenta
dentro de sí mismo un deseo profundo de eternidad. No quiere dejar escapar ese
deseo que le impulsa y le mueve. Quiere sostenerse felizmente gozoso siempre.
Pero, al mismo tiempo, siente deseos también de compartirlo y darlo a conocer.
Y es que el amor de Dios no se puede guardar para sí mismo.
Esa es la experiencia de Pablo de Tarso. Habiendo perseguido a
los cristianos, vivenciado y experimentado el encuentro con Jesús, cambia de
rumbo y entrega su vida a anunciar ese mensaje de Amor que nos salva plenamente
y nos da la Vida Eterna.
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