martes, 17 de enero de 2017

A veces, ocurre que hay situaciones difíciles de aplicar. Son circunstancias en las que la ley presenta contradicción y su aplicación resulta confusa y difusa. Contradicción porque aplicar la ley perjudica al hombre o le quita su libertad. Su conciencia no admite esa ley. La rechaza. Son los llamados objeciones de conciencia.

La prioridad nos arroja claridad a la ley. Una ley es buena siempre y cuando mejore y esté en beneficio del y para el hombre. Nunca una ley será ley cuando su aplicación perjudica el bien del hombre. Una ley debe estar apoyada en la verdad y la justicia y, en esas circunstancias, será también solidaria.

La ley se anula a sí mismo cuando el romperla salva al hombre. Así, el sábado nunca puede estar para que el hombre le sirva, sino todo lo contrario. El sábado en función y para el servicio del hombre. La ley siempre para el bien del hombre. Una ley alidada con la verdad, la justicia, la solidaridad y la paz.

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