A veces, ocurre que hay situaciones difíciles de aplicar.
Son circunstancias en las que la ley presenta contradicción y su aplicación
resulta confusa y difusa. Contradicción porque aplicar la ley perjudica al
hombre o le quita su libertad. Su conciencia no admite esa ley. La rechaza. Son
los llamados objeciones de conciencia.
La prioridad nos arroja claridad a la ley. Una ley es buena
siempre y cuando mejore y esté en beneficio del y para el hombre. Nunca una ley
será ley cuando su aplicación perjudica el bien del hombre. Una ley debe estar
apoyada en la verdad y la justicia y, en esas circunstancias, será también
solidaria.
La ley se anula a sí
mismo cuando el romperla salva al hombre. Así, el sábado nunca puede estar para
que el hombre le sirva, sino todo lo contrario. El sábado en función y para el
servicio del hombre. La ley siempre para el bien del hombre. Una ley alidada
con la verdad, la justicia, la solidaridad y la paz.
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