sábado, 24 de diciembre de 2016

Quizás nosotros estemos alejados de estos pensamientos. Celebramos la Navidad como una fiesta más. Igual podía ser carnavales, cualquier fiesta patronal o particular. La Navidad es una fiesta familiar que enlaza con la de final de año y luego reyes.

Son fiestas de regalos, de reuniones, de comidas, de diversiones. Pero Jesús no pinta ni aparece mucho. Sólo para los creyentes comprometidos la Navidad se centra en Jesús. Duele vivirlas así, pero somos nosotros los culpables de haberlas convertido en eso, en simples fiestas.

Hoy, Zacarías proclama que se cumple lo que el Señor había prometido desde tiempos antiguos por medio de los profetas. Nos ha sido enviado el Mesías, el Libertador, y nosotros igual seguimos despistados y distraídos. Avivemos nuestro espíritu y miremos al Cielo.

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