Pero para que nazca Juan, Dios se vale de Isabel, prima de María, mujer estéril y mayor. Y, por acción del Espíritu, el nombre de Juan es
escogido y revelado por su madre Isabel. Y Zacarías lo confirma. Es en ese
momento cuando su lengua se desata y puede hablar.
Cada paso, cada señal, cada acontecimiento descubre la
acción de Dios y su Poder. Se me antoja, cuando decides conocer el Plan de
salvación de Dios, más difícil no creer en su Palabra que creer. Todo está
engarzado, relacionado y pensado para la salvación del hombre.
Y me atrevo a decir
que ha sido creado pensando para su salvación. El hombre lleva dentro de sí la
huella de Dios. Y lo busca incesantemente. Lo que ocurre que el mundo lo
confunde y lo desvía, y debilitado por el pecado se esclaviza y pierde el
norte. Busca la felicidad eterna donde no está.
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