viernes, 23 de diciembre de 2016

Pero para que nazca Juan, Dios se vale de Isabel, prima de María, mujer estéril y mayor. Y, por acción del Espíritu, el nombre de Juan es escogido y revelado por su madre Isabel. Y Zacarías lo confirma. Es en ese momento cuando su lengua se desata y puede hablar.

Cada paso, cada señal, cada acontecimiento descubre la acción de Dios y su Poder. Se me antoja, cuando decides conocer el Plan de salvación de Dios, más difícil no creer en su Palabra que creer. Todo está engarzado, relacionado y pensado para la salvación del hombre.

Y me atrevo a decir que ha sido creado pensando para su salvación. El hombre lleva dentro de sí la huella de Dios. Y lo busca incesantemente. Lo que ocurre que el mundo lo confunde y lo desvía, y debilitado por el pecado se esclaviza y pierde el norte. Busca la felicidad eterna donde no está.

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