domingo, 4 de diciembre de 2016

No se tuerce el camino porque alguien te lo diga, o, de alguna manera te impacte. Necesitas que tú lo experimentes y desde lo más profundo de tu corazón te decidas a cambiar. Todo empieza por un tomar conciencia de la necesidad de arrepentirte y de depositar tu confianza en esa actitud de arrepentimiento. Porque lo que buscas es tu gran Ideal.

Es posible que nunca te des cuenta y pases toda tu vida siendo pato y no águila real. Porque has sido creado para eso, para volar en y a las alturas de forma majestuosa y plena. Cuando descubres que estás llamado a ser feliz plenamente será absurdo no serlo y quedarte resignado en la mediocridad e infelicidad. Es necesario cambiar.

Ese es el mensaje de conversión que Juan el Bautista nos transmite en el Evangelio de hoy. Es un mensaje que vive dentro de nosotros y al que todos los hombres debemos despertar, porque está dentro de nuestro corazón. Nuestro destino no está en este mundo, sino en el otro, donde seremos plenamente y eternamente felices. Para eso es el cambio.

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