lunes, 5 de diciembre de 2016

No es fácil curar esa parálisis espiritual. Más grave que la corporal, porque, mientras la una deja sin movimiento tu cuerpo, la otra paraliza toda tu alma y la condena irremisiblemente para la eternidad. Supongo que la parálisis provocada por los pecados necesita más cuidados, pues sólo el Señor puede curarla.

Ahora, eso dependerá de tu fe. Si tú crees que el Señor puede perdonarte tus pecados, ellos quedarán perdonados. Tendrá, ese perdón, que ver con la medida de tu fe. Eso te ayudará a postrarte delante de Él como aquel paralítico, y pedirle que te cure.


Pero una curación plena, de cuerpo y alma. Porque de nada vale curar el cuerpo si dejas el alma a la deriva. Porque, el cuerpo, por la fe sabemos y confiamos que resucitará al final de los tiempos, pero el alma puede perderse para siempre.

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