La luz del sol, y también, la
luz artificial, nos permiten ver el camino y el color de las cosas, pero no nos
sirven para orientarnos en la vida. La vida tiene sentido cuando, a pesar de
que puedas ver, sabes realmente a dónde vas. No porque veas el camino, caminas
bien. Puedes equivocadamente dirigirte al precipicio y a la muerte.
Se hace necesario alumbrarnos
por otra clase de luz. Una luz nueva, que no es de este mundo, y aunque está en
el mundo, no pertenece a él. Una Luz que no sólo alumbra, sino que también
orienta y llena de sentido tu vida.
Valdría la pena esforzarse en buscar esa Luz. No
escatimar esfuerzo ni regateos traerá su recompensa. Es posible que la claridad
a veces nos pueda deslumbrar y desorientarnos, porque ver claro también
compromete. Pero siguiéndola encontraremos el verdadero camino de la verdad.
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Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.