lunes, 7 de noviembre de 2016

Todas tus acciones pueden ser motivos de escándalos o al contrario, ser buenas y cargadas de amor y buen ejemplo. Eso supone reflexionar a diario la Palabra de Dios, para no desviarte ni alejarte hasta el punto que puedas escandalizar.
               
Y si eres motivo de escándalo busca arrepentirte y aceptar la reprimenda que puedas recibir. Porque nuestra suerte es saber que siempre que busquemos arrepentimiento seremos perdonados. Tantas veces como dolor y vergüenza manifestemos por el pecado cometido.

Somos consciente que necesitamos tener fe, pero también descubrimos que nuestra fe es poca, pues se nota en como actuamos en nuestra vida. Por eso, te pedimos, Señor, que aumentes nuestra fe para que nuestros actos sean coherentes y dignos de tus hijos.

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