La gente justifica su ceguera y su impotencia con disparates
como el que leemos hoy en el Evangelio. Acusan a Jesús de expulsar demonios en
nombre de Beelzebul, cuando ocurre todo lo contrario. No se puede entender que
alguien se expulse así mismo, y, el sentido común es que Jesús nos libere del
mal, pus su misión consiste en salvarnos.
Por eso, conviene estar alerta y con mucho cuidado siempre.
Toda nuestra vida es una constante lucha contra el príncipe del mal, porque al
menor descuido se mete en nuestra vida y nos destroza. Y la mejor manera de
revestirnos y salvaguardarnos del mal demoniaco es la oración constante junto a
María.
El santo Rosario,
junto a nuestra Madre, María, es un arma eficaz contra las amenazas del
Maligno, y una poderosa defensa que nos mantiene fuera de su influencia. En
este mes de octubre, mes del rosario, María, nuestra madre nos fortalece para
la lucha de cada día.
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