miércoles, 26 de octubre de 2016

Aquella persona le preguntó a Jesús: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Y Jesús nos invita a no pensar tanto en la salvación sino a estar preparado y al esforzarnos en entrar por la puerta estrecha. Porque eso es lo verdaderamente importante. Confiar en la Palabra del Señor esforzándonos cada día en vivir en su Palabra y cumplir su Voluntad.

Más que pensar que mi vida está asegurada, lo que debo hacer es tener el seguro de mi vida al día, para que si me ocurre algo que la compañía responda según la póliza firmada. Igual nos corresponde a nosotros estar perseverantes y en constante actitud de esfuerzo en cumplir la Voluntad del Padre.

Ese es nuestro mejor y firme seguro: “escuchar la Palabra de Dios y cumplir su Voluntad”. Dos veces lo hemos oído de labios de Jesús refiriéndose a sendas preguntas respecto a su Madre. Y en las dos responde que bienaventurados y dichosos son aquellos que escuchan la Palabra de Dios y hacen su Voluntad.

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