Todo lo que está oculto está llamado a descubrirse, porque
nada permanece en secreto. Incluso la Verdad con mayúscula se hará Luz un día.
Es el día prometido en que Jesús vendrá por segunda y última vez a resucitar a
todos los hombres y a establecer su reinado.
Un reinado de verdad, de justicia y de paz. Un reinado donde
sólo estarán aquellos que han creído en Él y han vivido en su Palabra. Y del
que quedarán excluidos todos los que le han negado o han sido indiferentes a su
Palabra, siendo conducido a la perdición y el llanto.
Por eso, Señor,
enciende mi corazón para que, incandescente por tu Amor, sea antorcha que alumbre
en sus pasos a todos aquellos que están a su lado. Y que refleje tu Imagen para
que sea percibida por todos los que se acerquen a mí.
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