No podemos seguir a alguien poniendo nosotros condiciones.
El seguimiento es incondicional, por eso Jesús nos advierte que «Las zorras tienen guaridas, y las aves
del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A
otro dijo: «Sígueme». El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar
el Reino de Dios».
Esto supone poner
a Jesús como la prioridad principal y delante de todos nuestros planes y
proyectos. Bien, es verdad, que nuestra humanidad sometida al pecado deja mucho
que desear y le fallamos. Nuestro seguimiento está adulterado y descafeinado
por nuestros apegos y apetencias.
Pero, Dios, Padre Misericordioso, sabe y
conoce de nuestras limitaciones y caídas. Y nos perdona con amor
misericordioso. Eso nos salva y nos sostiene, y nos ayuda a, en el camino,
esforzarnos, eso sí, a ponerlo en el centro de nuestra vida y a ser nuestra
primera opción. Esa es nuestra lucha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.