La Viña del Señor es inmensa
y caben todos. No todos tienen que hacer lo mismo ni tampoco ir juntos en el
mismo barco. Lo importante es trabajar para la misma empresa y en nombre de la
empresa, porque el dueño es el mismo y los beneficios irán a parar al mismo
sitio.
Hay muchos que hacen el bien
y en nombre del Señor. No importa su procedencia ni de dónde vienen, ni tampoco
a donde van. Sólo que actúan haciendo el bien en el nombre del Señor y eso
basta. Por eso, Jesús les dice a sus apóstoles: «No se lo impidáis, pues el que no está
contra vosotros, está por vosotros».
Cada cual hace las cosas a su manera y con su estilo. Lo
único importante es hacerlo en nombre de Dios y para gloria de Dios. Y eso es lo que tenemos que contemplar y
comprender. Un jardín se compone de muchas clases de flores. Y las hay grandes
y pequeñas, de una forma u otra, pero todas son necesarias, porque todas forman
el jardín.
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