lunes, 29 de agosto de 2016



Cuando no te importa decir mentira o verdad, algo va mal en tu corazón. Porque la mentira es algo que se debe erradicar de este mundo para llenarlo de verdad y justicia. Sin embargo, ocurre que muchos esconden la verdad para vivir en la mentira hasta el extremo hasta de matar.

Por eso, a aquellos que defienden y proclaman la verdad se les complica la vida. Ocurrió con Juan Bautista, pero también con muchos de nuestros contemporáneos. La historia los guarda para testimonio de la verdad y la justicia. Y son los pueblos los que padecen esta hipocresía y falsedad. 

Quizás la historia descubre que la vida está cargada de personas que buscan el mal. No corras a curar la herida del cínico, pues no tienen cura, es brote de mala planta (Si 3,17-18.20.28-29). Y muchos tendrán que dar sus vidas para salvar las de otros.

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