miércoles, 31 de agosto de 2016



Jesús es el gran Tesoro de nuestra vida, porque en Él están nuestras soluciones y respuestas a todos los interrogantes que nuestra existencia nos plantea. Pero no puede quedarse con nosotros, porque también tiene que llegar a los demás. Ha venido para salvar a todos los hombres que crean en Él.

Nos enseña que debemos estar dispuestos a compartir y a solidarizarnos con los demás. Le buscamos principalmente para solucionar nuestros problemas, pero, quizás nos olvidamos de los demás. El diablo también nos tienta y, molesto por la presencia del Señor, quiere inquietarnos y desestabilizarnos.

Y lo logra en la medida que nos desesperamos por nuestra impaciencia, por nuestras incomodidades y pereza en la oración y contemplación. Nos incómoda las Eucaristías y tantas cosas más que nos experimentamos cansados y con ganas de apartarnos. Remedio, tranquilizarnos y confiar en el Señor. El nos quitará la fiebre que nos pone tibios.

martes, 30 de agosto de 2016



La gente seguía a Jesús precisamente porque hablaba con autoridad. Su Palabra tenía cumplimiento y porque en Ella encontraban lo que buscaban. Todos queremos ser felices, y esa felicidad no se encuentra en el mundo. La muerte nos borra toda posibilidad. Pero Jesús habla de la Vida con mayúscula.

Una Vida que el mismo ofrecía y demostró en varias personas que podía devolverlas a la vida. Su amigo Lázaro fue un testigo que asombró a muchos después de que Jesús le resucitara. La autoridad de Jesús asombraba porque toda su Palabra tenía cumplimiento. 

Y eso era lo que sucedía a aquellos contemporáneos de Jesús, se asombraban de su Palabra y con la autoridad que la proclamaba. Tanto fue así que en El toda profecía tuvo cumplimiento hasta su misma Resurrección. Pilar fundamental de nuestra fe.


La gente seguía a Jesús precisamente porque hablaba con autoridad. Su Palabra tenía cumplimiento y porque en Ella encontraban lo que buscaban. Todos queremos ser felices, y esa felicidad no se encuentra en el mundo. La muerte nos borra toda posibilidad. Pero Jesús habla de la Vida con mayúscula.

Una Vida que el mismo ofrecía y demostró en varias personas que podía devolverlas a la vida. Su amigo Lázaro fue un testigo que asombró a muchos después de que Jesús le resucitara. La autoridad de Jesús asombraba porque toda su Palabra tenía cumplimiento. 

Y eso era lo que sucedía a aquellos contemporáneos de Jesús, se asombraban de su Palabra y con la autoridad que la proclamaba. Tanto fue así que en El toda profecía tuvo cumplimiento hasta su misma Resurrección. Pilar fundamental de nuestra fe.

lunes, 29 de agosto de 2016



Cuando no te importa decir mentira o verdad, algo va mal en tu corazón. Porque la mentira es algo que se debe erradicar de este mundo para llenarlo de verdad y justicia. Sin embargo, ocurre que muchos esconden la verdad para vivir en la mentira hasta el extremo hasta de matar.

Por eso, a aquellos que defienden y proclaman la verdad se les complica la vida. Ocurrió con Juan Bautista, pero también con muchos de nuestros contemporáneos. La historia los guarda para testimonio de la verdad y la justicia. Y son los pueblos los que padecen esta hipocresía y falsedad. 

Quizás la historia descubre que la vida está cargada de personas que buscan el mal. No corras a curar la herida del cínico, pues no tienen cura, es brote de mala planta (Si 3,17-18.20.28-29). Y muchos tendrán que dar sus vidas para salvar las de otros.

domingo, 28 de agosto de 2016



La vida traza su camino, y lo hace según el rumbo que marca su corazón. Si lo que prevalece y se le da valor es el éxito en este mundo, hay que buscar ese éxito. Si no lo es, y se busca la solidaridad, la paz y la fraternidad, el rumbo será diferente.

No cabe ninguna duda que, para lo primero se necesita empeño, fuerza, trabajo y pensar en uno mismo por encima de los demás. Más, para lo segundo prevalece la humildad, el servicio y olvido de uno mismo. Y la Fuente será la Gracia del Señor, porque solos se hace imposible de soportarlo y lograrlo.

Esto significa que el objetivo es “morir a uno mismo”, tal y como hizo Jesús. Y entregar la vida de esa forma exige sacrificio y voluntad. Exige darnos y mucho amor. Eso, lo sabemos, nos es imposible desde nuestras propias fuerzas. Necesitamos la acción del Espíritu Santo para llevarlo a cabo.

sábado, 27 de agosto de 2016



Hay cosas que nunca serán hechas porque la persona que tenía que hacerla enterró sus talentos. Y otras que sí saldrán a la luz, porque quienes tenían que sacarlas han respondido a esa vocación. Los talentos recibidos no son para guardarlo, sino para ponerlos al servicio de los demás.

El Evangelio de hoy nos habla muy claro a este respecto, tanto sobre los talentos recibidos, como a los resultados y consecuencias. Conviene leerlo poniéndonos en el lugar que nos corresponde y reflexionar sobre la cuantía de mis talentos. Podría ser que también nosotros los tuviésemos enterrados. 

Hay talentos de muchas formas. No sólo en monedas, sino también en valores y cosas intangibles como es el tiempo, la paciencia y el servicio, que no sólo no se pueden tocar ni ver, pero si experimentar y sentir. Y, sobre todo, realizar. Porque muchos esperan de nosotros que los apliquemos.

viernes, 26 de agosto de 2016



No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios (Lc 4,4). Porque la vida no consiste sólo en comer, sino en vivir. Y la Vida nos la da Dios. No solamente esta, que es transitoria, un camino y temporal, sino la Verdadera, la que es para Siempre. Eterna y en su presencia.
               
Y esa vida no se consigue con el éxito de ésta. Es decir, con dinero, con poder, con riquezas y éxitos, sino con amor. Siendo los últimos, para luego ser primeros. Estando vigilantes y atentos a su llamada y venida. Y para eso necesitamos estar preparados, tal y como nos dice y nos descubre el Evangelio de hoy en la cinco vírgenes sensatas.

Por lo tanto, mirémonos en las vírgenes sensatas y estemos vigilantes y provisto de todo lo necesario para que la lámpara de nuestro corazón permanezca siempre encendida y atenta. Llenémoslo de amor para que sus latidos respondan y estén en sintonía con el del Señor.

jueves, 25 de agosto de 2016



Uno de los objetivos de los hombres y mujeres de este mundo es buscar seguridades. Nos da miedo casi todo y buscamos quienes nos protejan. La vida es cada día más insegura y nacemos ya con pólizas de seguro incluidas. Incluso, nacer ya reclama su propio seguro, porque muchos quieren establecer un derecho para matar.

Ante este panorama, ¿qué hacer? La cuestión es que la vida nos plantea este problema, pero tampoco nos lo resuelve. Además, no sabemos la hora ni el momento de lo que nos puede ocurrir. Desde robos, ataques, tragedias, accidentes u otras cosas.

En esta situación, Jesús nos ofrece la salvación y nos garantiza la vida. Sólo nos pide que tratemos de responder al amor y que seamos constantes en servir y hacer el bien. Se trata de ser fiel y permanecer en ese servicio y en esa actitud de amar, para que cuando llegue el amo de la Casa nos sorprenda actuando de esa forma.

miércoles, 24 de agosto de 2016



Tus actos estarán siempre condicionados por la bondad de tu corazón. Importa que tu corazón contenga más buenas intenciones que malas. Importa que sean esas, las buenas, las que lo dominen y desalojan a la malas por falta de espacio.

El hombre de recto corazón estará siempre abierto a responder a la verdad. Es lo que le sucedió a Natanael, un hombre de buenas intenciones que ante la predicción de Jesús se postró ante Él afirmando: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».

La reflexión nos sirve para interiorizar la pregunta y tratar de responderla desde nosotros. A pesar de nuestros pecados e impurezas, ¿son limpias y rectas nuestras intenciones? Porque ese será nuestro esfuerzo y nuestra actitud, dejarnos limpiar, como Natanael, por Jesús.

martes, 23 de agosto de 2016



La vida nos enseña que todos los hombres fallamos. O dicho de otro modo, experimentamos nuestras debilidades y nos reconocemos pecadores y débiles ante los retos que la vida nos pone. En ese sentido, mentimos cuando no aplicamos la misma medida para nosotros que para con los otros.
                  
Y Jesús, el Señor, lanza palabras muy graves para estas actitudes farisaicas que impiden y levantan barreras que obstaculizan que otras personas descubran verdaderamente al Señor. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y codicia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!». 

La vida  necesita ir en sintonía con las obras. Corazón y palabra deben dar como resultados obras que reflejen justicia y misericordia, y que se alimenten de la fe. Eso dejará descubrir una transparencia interior que también se podrá ver en el exterior.

lunes, 22 de agosto de 2016



La relación puede ser la causa y la razón de tu camino. Una buena relación derivará a que tomes un buen camino, y lo contrario, puede desviarte por mal camino. Ser buen o mal camino será algo muy importante y tendrá graves y fatales consecuencias en tu vida.

Pero también para aquellos que son protagonistas en desviar a otros por mal camino. El Evangelio de hoy lo deja muy claro: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y, cuando llega a serlo, le hacéis hijo de condenación el doble que vosotros! 

Esa expresión ¡ay de vosotros! Encierra grave peligro, porque suena como amenaza y condenación a todos aquellos que se erigen en obstáculos y muralla para que otros no puedan entrar en el Reino de los Cielos. Y es que si la vida miente con apariencias y falsedades, su ejemplo puede ser la causa que lleve a otros también a mentir.

domingo, 21 de agosto de 2016



El hombre concibe el valor las cosas y los hechos por lo que cuestan y lo que representan. La medida es siempre la dificultad y demanda para conseguirlas, de tal modo que, todo lo que exige un gran esfuerzo es porque tiene un gran valor.
                  
Así, bien miradas las cosas, todo lo que se dé gratuitamente es sospechoso de poco valor e importancia. Se relaciona la gratuidad con el valor. Y la realidad no es exactamente así, porque la gratuidad no tiene por qué ser barata o de poco valor. En este caso, lo que Jesús nos promete y regala, no por ser barato es fácil de conseguir.

El atravesar la puerta estrecha, al parecer no muy difícil, se hace dificultoso e imposible para muchos. Y difícil para todos. De tal manera que nadie será capaz de atravesarla sin la ayuda del Espíritu Santo. Morir a uno mismo, condición imprescindible para poder atravesarla, está fuera de nuestras posibilidades. Sólo con Jesús y por el auxilio del Espíritu Santo, podemos conseguirlo

sábado, 20 de agosto de 2016



Jesús nos habla muy claro: Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “Rabbí”, porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie “Padre” vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar “Guías”, porque uno solo es vuestro Guía: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».

En el Evangelio de hoy sábado nos descubre que sólo Él es el Verdadero Modelo y Referencia. En Él debemos fijarnos y a Él sólo debemos tratar de imitar. Por eso hay que conocerlo e intimar con su Palabra, para saber cómo conducirnos y a quien seguir.

Amar, que es la esencia del Mensaje de Jesús, no podemos tomarlo de nadie. Porque nadie es ejemplo. Todos somos hermanos en Xto. Jesús, y todos somos pecadores menos Él. Por lo tanto, sólo Él es la medida del Amor que debemos aplicar a nuestra vida. Y, claro, contar con Él es imprescindible para, por su Gracia, vencer todos los obstáculos que se nos presentan.

viernes, 19 de agosto de 2016



La solución a todos los problemas es el amor. Amar como a ti te gustaría que otros te amaran. Es decir, actuar como tú quisieras que otros actuaran contigo. Es fácil de comprenderlo, pero bastante difícil de vivirlo. Pero lo más importante es fijarse en el modelo que nos enseñe a amar.

Esa es la clave, el modelo. Porque, ¿en quién nos fijamos para imitarlo, o para que nos sirva de referencia en intentar asemejarnos a él? Esa es la cuestión, porque en el mundo en el que vivimos no hay modelos que nos puedan ayudar a perfeccionarnos en el amor.

Esa fue la pregunta que aquel fariseo pregunto a Jesús. Amar y amar es la respuesta. Amar a Dios sobre todas las codas y al prójimo como prueba del amor a Dios. Porque amas a Dios en la medida que amas al prójimo. Y enseguida adviertes que sobran las leyes, las doctrinas y los problemas desaparecen.

jueves, 18 de agosto de 2016



La vida ofrece muchos banquetes y muchas fiestas, pero todas tienen un denominador común, la caducidad. Y lo que se termina no deja buen sabor de boca, pues se hace el vacío y llega la angustia de volver a empezar. Y lo que se repite cansa, consume y atormenta.

El hombre busca la eternidad en plenitud, porque encontrándose a gusto aspira a que esos momentos se eternicen. No quiere que lo bueno se acabe. Porque lo bueno no cansa. Y si no lo logra, desespera y angustia. La eternidad, diría, es detener el tiempo en estado puro de gozo y plenitud.

Y esa es la aspiración máxima que anhela todo hombre. Es alcanzar la plenitud eterna. Y si esto vive y habita en el interior de tu corazón, será lo que sale al exterior y de lo que habla la boca. Indudablemente, Alguien lo ha puesto ahí, porque sólo no nace. Y es que lo que no se conoce, no se desea ni se tiene como aspiración.

miércoles, 17 de agosto de 2016



A veces nos cruzamos de brazos esperando que nos den soluciones a nuestros problemas sin más esfuerzo ni responsabilidades. Cerramos nuestros ojos y oídos queriendo despreocuparnos de toda responsabilidad y desoyendo la voz de nuestro compromiso.

Se nos llama al trabajo y se nos ofrece una misión. Una misión que nace de nuestro Bautismo. En él quedamos consagrados como sacerdotes, profetas y reyes. Y fieles a ese compromiso debemos responder a esa misión. Una misión que no tiene medida ni tiempo sino entrega y dedicación hasta la última gota de nuestra sangre.

El Señor de la Viña no nos pide resultados, sino disponibilidad, entrega y fe. Una fe confiada y entregada en todo lo que Él nos propone y nos encomienda. Una fe dócil y esperanzada en su Palabra. Es la respuesta de María a la anunciación del Ángel Gabriel. Imitémosla y hagamos como Ella.

martes, 16 de agosto de 2016



Un hombre rico es aquel que busca su “yo” por encima del “tú” del que tiene delante. Su riqueza consiste en procurarse satisfacción a sí mismo y dar salida a sus ideas y egoísmos, independiente de las riquezas materiales que tenga. La riqueza no está en el tener, sino en la actitud posesiva de lo que se tiene, ya sea mucho o poco.
                  
De modo que, teniendo poco se puede ser rico y teniendo mucho ser pobre. Es la actitud desprendida y generosa la que determina la riqueza del corazón. Por lo tanto, las motivaciones que inducen y llevan a sustituir a Dios por la riqueza son las de confiar y cree que, teniéndolas, se puede ser feliz y prescindir de Dios.

Y eso lo hacen los que son ricos materiales, pero también los pobres. Y los que piensan y creen en el poder de su razón y la ciencia, apartando a Dios. Sus corazones están llenos de ideales y riquezas que terminan donde mismo empiezan, en este mundo. Sus propias riquezas los descubren caducos y finitos. Y eso es mercancía sin valor.

lunes, 15 de agosto de 2016



Meditar el encuentro de María e Isabel nos puede abrir nuestro corazón para ponerlo en Manos del Espíritu de Dios, que a través de esas dos mujeres cantan las alabanzas y prodigios que Dios hace en ellas. Porque, tanto Isabel como María hablan por boca del Espíritu Santo.

El saludo de Isabel: Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!». No tiene desperdicio, y en él descubrimos la acción directa en ellas del Espíritu de Dios.

Y como contesta María es todavía, si cabe, más alentador: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos».

domingo, 14 de agosto de 2016



Jesús, como también muchos de sus profetas, fue amenazado y sentenciados a muerte. El motivo no era otro que no les gustaba que anduvieran proclamando la verdad. Ellos querían ocultarla, o proclamar las suyas, que les permitían vivir según sus intereses.

Seguir a Jesús descubre un camino complicado. No porque sea duro y cueste luchar contra sí mismo, sino porque muchos lo rechazan y oponen resistencia para que no se proclame ni se hable de Él. El que cree y sigue a Jesús es amenazado y perseguido e incluso con peligro de muerte.

No será fácil seguir a Jesús, pero a pesar de las dificultades y la cruz que la vida de los incrédulos te impone, el gozo y la esperanza de vencer te anima a seguir adelante. Porque con Jesús te sabes triunfador y salvado.

sábado, 13 de agosto de 2016



No hay ninguna duda que de niño éramos más ingenuos, alegres y hasta más compasivos. Seguros que más obedientes y confiados, y sin malas intenciones. Hacíamos nuestras pilladas, pero siempre cargadas de ingenuidad y sin malas intenciones. Más bien impulsos de nuestro crecimiento y desarrollo.

Pero, de mayores, nuestros corazones se han envejecidos y endurecidos. Respiran segundas intenciones e inclinadas al egoísmo de que están llenos. Y ese egoísmo les inclina al mal, a la individualidad, al descompromiso solidario, al desamor y, por lo tanto, al pecado. 

Y ese pecado nos esclaviza y nos somete. Nos quita la libertad de querer hacer el bien, y hacemos, aun queriendo hacer el bien, el mal. Experimentamos que somos arrastrados a la rebeldía, a nuestros propios intereses, al placer y a satisfacernos según nuestros apetitos y apetencias.

viernes, 12 de agosto de 2016



Todos estamos de acuerdo que si el mundo tuviese más amor, todo iría mejor. La solución para este mundo sería, pues, adoptar lo que Jesús nos ha dejado como mandato: “Os doy un mandamiento nuevo: amaos los unos a los otros.

Así como yo os he amado, amaos también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán que vosotros son mis discípulos: en el amor que os tengáis los unos a los otros. Es obvio que viviendo en este mandato sería difícil encontrar problemas en nuestro mundo. 

La pregunta se cae de madura: ¿Por qué, entonces, no ponemos en práctica esta regla? ¿Qué nos impide llevarla y vivirla en nuestras vidas? Realmente, ¿queremos que se arreglen los problemas en este mundo? ¿Pensamos que todos los hombres son iguales en derechos y dignidad?

jueves, 11 de agosto de 2016



La parábola del siervo cruel es un relato tan claro que nos deja fuera de combarte. Jesús nos plantea como nos perdona para que también nosotros perdonemos en la misma medida. El Padre nuestro resume y exige que la medida de nuestro perdón sea la medida con la que se nos perdone.

Y ese pensamiento nos puede ayudar. En esos momentos críticos y difíciles podemos pensar que perdonando lo que nos parece imposible de perdonar, nos estamos perdonando a nosotros mismos también, porque así nos perdonará nuestro Padre Dios.

También, no perdamos de vista que si Jesús nos propone ese reto es porque, indudablemente, con su ayuda, podemos lograrlo. Sería injusto que nos lo exigiese si no fuera posible. Sólo nos pide nuestro sí, nuestro humilde esfuerzo y nuestra dispuesta actitud. Él pondrá todo lo que haga falta para transformarnos nuestro corazón.

miércoles, 10 de agosto de 2016



La vida, esta vida nuestra, tiene su hora y su final, pero el sentido común nos dice que está llamada a la eternidad. Pero una eternidad gozosa y plena, porque también la hay que es un tormento y sufrimiento para aquellos que rechacen la salvación que nos brinda Jesús.

Y aunque parece una contradicción, la vida empieza con la muerte. No parece que encaja, pero es la única realidad. Al morir resucitamos, y eso será para siempre. Porque, nos dice Jesús: «En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto.

El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará».

martes, 9 de agosto de 2016



Es de persona sensata usar el sentido común y darnos cuenta que nuestro destino no está en este mundo, y menos en las cosas que él nos ofrece. Nuestro verdadero destino, lleno de sentido y sensatez, es la Vida Eterna, pues para ella hemos sido creados.

La casa del mundo será consumida, destruida y desaparece. No parece una buena casa para vivir en ella toda la eternidad, porque, entre otras cosas, no está hecho para eso. Es una casa fugaz, de paso y que nos sirve para ganarnos la verdadera Casa, la del Cielo.

Es prudente abrir nuestros oídos y tratar de abajarnos hasta la sencilla humildad, imitando la pura inocencia y la docilidad que transparentan los niños. El Reino de los Cielos está preparados para aquellos que sean capaces de ser como niños: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos ».

lunes, 8 de agosto de 2016



El camino del cristiano es un camino de Cruz. Y eso no es fácil aceptarlo. Cuesta, sabiéndolo, emprenderlo, pero te atreves porque tu fuerza y valor descansan en el Señor. En Él se apoya nuestra esperanza de que, tras la Cruz, viene la paz, el gozo y la alegría.

Experimentas que un impulso misterioso te sostiene y te empuja a caminar. Otros, que no están en el Señor, no lo comprenden y se resisten a entrar por la puerta estrecha. Les apetece más entrar por el camino espacioso y cómodo, la puerta ancha.

Sin embargo, a pesar de lo duro del camino tras la puerta estrecha, el gozo está presente, y la alegría de sabernos hijos de Dios y salvados por su Misericordia nos inunda plenamente. ¿Se puede pedir más? Experimentamos que es el Amor, encarnado en Jesús, el Tesoro escondido.

domingo, 7 de agosto de 2016


No hay ninguna duda que vivir en la esperanza de resucitar, según la Promesa de Jesús, es vivir de otra forma, sin miedos y con alegría. A pesar de saber que tendremos que compartir nuestra muerte en su Cruz, pero siempre será de otra forma, porque la muerte no es lo último de nuestra vida.

Cuando el horizonte de tu esperanza se ve a lo lejos y termina en la frontera de este mundo, la vida, tú vida, se vuelve sin sentido y absurda. Porque nada tiene valor, pues lo caduco pierde su valor en el tiempo y su sentido en la razón.

Por lo tanto, para vivir en la alegría y en la esperanza abramos nuestro corazón al Padre Bueno, que no sólo nos da la salvación sino que comparte con nosotros, por los mérito de su Hijo, su Gloria. Y es que a Padre Dios no le gana nadie a ser padre. Su Amor es Infinito y Misericordioso.

sábado, 6 de agosto de 2016



Es verdad que nos gusta el placer y la comodidad. A nadie le amarga un dulce y el hombre lucha y se esfuerza por sentirse bien y cómodo. Es lo que entendemos y llamamos la vida del bienestar. Pero, sucede que esa aspiración humana no se encuentra en esta vida. ¿Qué hacer entonces?

Esa es la pregunta a la que todos los hombres desean y buscan dar respuesta. Sin embargo, muchos se cansan y abandonan la búsqueda y se instalan en esa mediocre felicidad aparente que tiene sus días contados. Porque la vida tiene más de mediocridad, tristeza y peligros que de gozos y alegrías.

Posiblemente no nos demos cuenta cuando caminamos en la flor de nuestra vida, pero, pronto, en la enfermedad, la tragedia o los problemas de cada día en la convivencia, ya sea familiar, laboral o social, experimentamos y descubrimos que la vida no es de color de rosa tal como se quiere pintar.

viernes, 5 de agosto de 2016



La vida no consiste en ganar siempre, porque en muchos momentos conviene perder para saber ganar. Porque no gana quien consigue más trofeos, más éxitos y parece ser el primero, sino aquel que llega al fondo del corazón del otro y le descubre que el mejor trofeo es el amor desinteresado y puro.

En el camino de tu vida descubres que lo verdaderamente importante es tener amigos. Pero no amigos que alaban tus éxitos, tu dinero o poder, sino aquellos que admiran tu entrega, tu disposición y valoran tu compañía y tu servicio desinteresado y misericordioso.

Luego, en la experiencia de tu propio camino experimentas que sí, ese es el verdadero camino del éxito. Y empiezas a darte cuenta que el gozo y la felicidad no está en alcanzar los primeros puestos, sino esperar y facilitar que otros lleguen también a la meta del amor. Luego experimentas que perder la vida en este mundo es ganarla para el verdadero que nos espera.

jueves, 4 de agosto de 2016



Creer significa ser dócil a la Palabra de Dios. Creer significa no cuestionar la Palabra de Dios, y, a pesar de que nuestra razón piense de otra forma, confiar en lo que Jesús dice. Creer no es pensar como pensamos nosotros, los hombres. Eso fue lo que le ocurrió a Pedro, y sabemos lo que Jesús le replicó.

Por eso necesitamos mucha fe y sólo Dios nos la puede dar. Se hace necesario pedírsela. Creer es la actitud de ir transformando nuestro corazón en un corazón como el de Jesús. Es dejar nuestros pensamientos y tomar, a pesar de no entenderlos, los de Jesús.

Creer es vivir en el esfuerzo de ir mejorando cada día según la Voluntad de Dios; creer es vivir en el esfuerzo de perdonar; creer es buscar a cada instante el Reino de Dios; creer en Jesús es vivir en el esfuerzo de imitarle en no juzgar, en hacer su Voluntad y en vivir en el Amor que él nos propone.

miércoles, 3 de agosto de 2016



El hombre busca siempre la perfección. Puede hacerlo sin darse cuenta, pero siempre caminamos hacia arriba buscando mejorar y hacer las cosas bien. Cada vez mejor. ¿No es eso esforzarnos en ser cada día más perfectos? Otra cosa es que sepamos que nos será imposible.

Pero esa imposibilidad humana encuentra esperanza en la presencia del Señor. Él si puede hacer lo que para nosotros es imposible. Y en Él si podemos alcanzar la perfección. El Señor lo puede todo y en El está la razón de nuestra vida y nuestra muerte.

Por eso, cuando descubrimos que en el Señor podemos alcanzar la salud, toda nuestra vida cambia. Porque no hablamos de la salud temporal mientras estamos en este mundo, sino la salud eterna. Hablamos de la Vida Eterna. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. 

martes, 2 de agosto de 2016



Hoy, el Evangelio, nos habla de la aparición de Jesús sobre las aguas. Los discípulos pensaron que era un fantasma y, asustados, empezaron a gritar. Jesús les descubre que se trata de Él, y les anima a perder el miedo y a confiar. Pedro, queriendo confirmarlo, le pide que le mande a ir hacia Él sobre las aguas. Y así ocurre.

Pero, temeroso por el fuerte viento empieza a dudar una vez iniciada el camino y empieza a hundirse. Lleno de pánico clama al Señor: “¡¡Señor, sálvame!! E inmediatamente, Jesús tiende su Mano, le agarra y le salva. Más le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?» (Mt 14, 31). 

¿Llamamos nosotros también al Señor en los momentos que sentimos hundirnos en nuestra vida? ¿Creemos que nos tenderá su Mano y, agarrándonos, nos salvará? ¿Tenemos fe que el Señor vive en nuestras vidas y se nos hace presente cada día, de forma especial en la Eucaristía? Hay muchas preguntas que nos interpelan y que esperan nuestras respuestas.

lunes, 1 de agosto de 2016



No se trata de decir Señor, Señor, sino de tratar de hacer la Voluntad del Padre. Y la Voluntad del Padre es clara: “Amarnos”, pero un amor que nos haga sentirnos hermanos y preocupados los unos por los otros hasta el punto de convivir fraternalmente en justicia y verdad.

Porque el mundo no tiene falta de pan, sino de justicia, verdad y amor. La tierra es abundante, pero no para que se apropien de ella unos pocos, sino que sea en función de todos y para beneficio de todos. Jesús sintió compasión de aquellos hombres dispersos, sin saber o tener donde ir.

Porque, supongo, que los que le seguían tenían necesidades y falta de muchas cosas. Hoy hay también gente que le sigue. Quizás no busquen el pan espiritual, pero si el materia. Y Jesús les atendía sus necesidades materiales. Y son esas las que tendremos también nosotros que atender, porque el amor empieza por llenar el estómago.