Mientras Jesús le indicaba a Pedro el peligro de Satanás, le
dijo que rogaba por él para que no desfallezca y que al regreso confirmara a
sus hermanos (Lc 22, 31-32). Jesús aun sabiendo que Pedro lo iba a negar, le
confío la dirección de su Iglesia.
También ha hecho eso con cada uno de nosotros. Nos ha
llamado y elegido aparte dándonos a cada uno una misión, que nos toca
descubrir. Y lo hacemos cuando confiando en Él somos capaces de ponernos en sus
Manos y caminar al ritmo de sus impulsos. Porque el Espíritu Santo nos acompaña
para eso.
Quizás decimos que
eso no sucede con nosotros. Posiblemente no lo creemos, pero, ¿estamos abiertos
a la acción del Espíritu Santo como afirmó Pedro? Señor estoy dispuesta a ir
contigo hasta la cárcel y la muerte (Lc 22, 31- 33).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.