viernes, 15 de abril de 2016



No se trabaja por el bien común ni importa decir ahora esto es blanco y mañana defenderlo como negro. Precisamente, nuestro país, España, está pasando ahora por momentos difíciles porque no hay palabra, ni compromiso ni seriedad. Sólo se piensa en sí mismo y ni siquiera en el partido ni en el bien de los españoles.

En un mundo donde reina el relativismo, la mentira y el egoísmo, los valores se pierden y todo se tiñe de demagogia, de falsas verdades, de aparentar y engañar. Lo que importa es la victoria por encima de todo, incluso de la verdad y la justicia.

Todo esto contrasta con la Persona de Jesús. Él habla y cumple lo que habla. Sus Obras dan testimonio de lo que dice y su Palabra es Palabra de Vida Eterna. En Él tiene cumplimiento todo lo que se ha profetizado y ya lo último ha sido el hecho glorioso de su Resurrección. Sus Palabras: El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día, tienen todas las garantías para creerlas porque vienen de Él.

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